Toda actividad operativa, en mayor o menor medida provoca agresiones diversas sobre el tejido que compone la prenda.
El desgaste producido por la abrasión mecánica, sumado a productos químicos utilizados para liberar manchas y el encogimiento provocado por el secado en tambor (Tumbler), harán que la vida útil de la prenda se reduzca sensiblemente.
Esta problemática se evidencia con mayor fuerza en servicios petroleros y minería, donde los procesos de lavado y secado industrial forman parte de sus necesidades.
Cabe destacar que los tejidos producidos en nuestro país para indumentaria profesional, reciben un proceso de preencogido considerando en que el usuario lavará y secará la prenda a través de un método casero, o sea, utilizando productos de limpieza de baja alcalinidad, lavados a baja temperatura y empleando la cuerda para el secado natural.
Si bien este método de conservación es el habitual en nuestro país para la conservación de la indumentaria laboral, existe un mercado que requiere de tejidos con terminaciones que le permitan disminuir al máximo posible el deterioro de las prendas por mayor agresión en el lavado e incremento del encogimiento por el empleo de aire caliente forzado.